29 enero 2008


Corri,corrí...
grité mi grito a cuatro vientos
por hallar un eco diminuto
que encendiera el delirio,
que apagara el silencio,
no lo hallé.
Corrí, corrí
como huracán furioso
haciendo su tormenta,
devastando los cercos, las murallas,
arremetiendo con el pecho las hogueras.
Corrí...
Atravece los desiertos calcinantes
y la sed imperiosa de beber
corroyó mi garganta,
fué lamento en mi boca...
Caí, rodé y me arrastré,
bestia vencida,
mastiqué el polvo de las piedras
y mi lengua rota descoció su grito
y descoció mi cuerpo su hebra roja.
Bebí, bebí...
Hasta saciar la sed de mi garganta,
hasta agotar la fuente incontenible;
pequeño río seco, hueco, vacío,
bebí mi ultima gota.
Me hundí, muy hondo...
Tierra sobre mí,
piedras sobre mí, flores sobre mí...
Abajo silencio,
silencio oscuro y quieto,
silencio irremediable en las ojeras huecas.
Soy un feto en el vientre de la tierra.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que se puede decir,por lo que leí en los versos de la poesía: Corrí,corrí...espectacular,una hermosura !!